Hacia la planeación correcta de un programa de entrenamiento: parte I

La organización y secuenciación de las distintas variables de entrenamiento nos serviría para optimizar los resultados perseguidos y prever posibles incidencias a lo largo del proceso de preparación de nuestros sujetos teniendo diseñadas posibles alternativas que nos ayuden a resolver situaciones que se salgan de nuestro plan establecido.

Los términos de periodización, planificación y programación se han ido utilizando a lo largo de los años con diferentes enfoques y atendiendo a diferentes conceptualizaciones haciendo referencia muchas veces, a un mismo termino. Esto nos ha llevado muchas veces a la confusión a la hora de comprender muchos trabajos de profesionales, al no haber una unanimidad conceptual.

Por ello, debemos destacar el trabajo realizado por (Grupo IICEFS, 2013), en el que están trabajando desde hace años con la intención de unificar criterios que nos acerquen a todos los profesionales del ejercicio bajo unos mismos contenidos conceptuales con la idea de valorizar el trabajo que realizamos los profesionales de las ciencias del deporte y es por ello que no debemos pasar por alto la diferenciación que realizan de los conceptos, planificación, periodización y programación, con sus respectivas definiciones y en definitiva de las distintas variables de programación basándose en “algoritmos” que simplifiquen, ordenen y a la vez “establezcan ese conjunto de operaciones” bajo el rigor científico más exhaustivo que debe considerar un profesional de las ciencias del deporte para desarrollar su trabajo.

Por tanto y basándonos en IICEFS (2013), por un lado la Planificación sería la manera mediante la cuál se “estructura el proceso, atendiendo a aspectos más globales, como objetivos, técnicas y métodos así como evaluación y control”.

La Programación, por otro lado sería, la siguiente fase del proceso, en el cuál a partir del objetivo que hemos propuesto, determinaríamos una organización dándoles un orden y distribución en el tiempo basándose en los criterios específicos de la teoría del entrenamiento.

Y por último en la Periodización se “secuencializa y temporaliza los contenidos”, teniendo como puntos de referencias cuatro variables claves, como serían, la frecuencia, volumen, intensidad y densidad, que además se condicionan.

Dejándose como última fase de la estructuración, “la prescripción, donde se concretarán las dosis del entrenamiento”.

¿Por qué de la Planificación, Programación, Periodización?

Las bases fisiológicas para proponer una organización del trabajo o del estrés que proporcionamos a nuestro organismo y que con ello consigamos las adaptaciones oportunas se centrarían en:

La ley de Arndt Schulz a finales del siglo XIX, donde se concluye como necesario la existencia de un umbral mínimo de excitación para que se produzcan el estímulo suficiente que nos conduzca a las adaptaciones que perseguimos. Es decir debemos ir aumentando la intensidad del esfuerzo para que se produzcan nuevas adaptaciones, esto derivaría posteriormente en el denominado por los especialistas “Principio de Sobrecarga”. El Síndrome General de Adaptación (SGA), de Selye H. (1936), se basaría en la aplicación de dicho estímulo y la correspondiente fatiga que se produciría, una vez pasado el umbral que mencionamos con anterioridad, que no sería otra cosa que un desequilibrio que haría que nuestro organismo reaccione para volver a su estado anterior, produciéndose una homeostasis o equilibrio y a su vez buscándose una súper compensación que sería el objetivo final, es decir adquirir un nivel superior al estado anterior a los estímulos. Esto daría lugar a otro principio del entrenamiento como sería, “Principio de la Súper compensación”. Para ello debemos ir suministrando progresivamente estímulos mayores que nos eviten el estancamiento en la medida de lo posible. Pero igualmente debemos tener en cuenta que no se produzca un estímulo demasiado alto o continuado sin las respectivas recuperaciones puesto que podríamos llegar a un estado de descenso en el rendimiento. Por eso el objetivo prioritario de todos los profesionales del entrenamiento deportivo se encuentra en la recuperación. Sin descanso no hay progreso, ni aumento de masa muscular. Por tanto debemos planificar el trabajo basándonos en los descansos o recuperaciones que es precisamente cuando se producen las compensaciones y hacerlo en todas las estructuras básicas de entrenamiento.

La hipertrofia dentro de las capacidades físicas básicas

Las cualidades o capacidades físicas básicas se han clasificado comúnmente en cuatro, fuerza, velocidad, resistencia y flexibilidad. Añadiéndose dos cualidades coordinativas, como serían, coordinación y equilibrio, (Torres Guerrero J, 1996). Aunque debemos resaltar que en la actualidad, algunos autores priorizan sobre una sola capacidad o capacidad física fundamental que sería la fuerza, siendo la velocidad y la resistencia derivadas de esta y la flexibilidad y coordinación, capacidades físicas facilitadoras, (Tous J, 2003).

Independientemente de la clasificación que escojamos, para profundizar más en nuestro objetivo, necesitaremos desarrollar aún más la fuerza. Y para ello conocer las distintas manifestaciones que se producen con un tipo de orientación de trabajo u otra.

La periodización del entrenamiento es la planificación y estructuración metódica del proceso de entrenamiento que implica una secuenciación lógica y sistemática de múltiples variables de forma integrada y con el objetivo de optimizar los resultados en un momento concreto de la planificación (8).

La importancia de la periodización del entrenamiento estriba en la consecución de mejores o iguales adaptaciones con cargas de trabajo menores que en programas no periodizados (3).

Cada modelo de planificación existente en la actualidad presenta unas características concretas específicas. Sin embargo, a pesar de estas diferencias, los modelos de planificación presentan generalmente una progresión en la organización temporal de las cargas de entrenamiento similar.

De esta manera, basándose en el efecto residual de las cargas de entrenamiento, Navarro, Oca y Rivas (9) hablan de una progresión en la naturaleza de las cargas a lo largo del macrociclo o la UCE, desde contenidos básicos hasta contenidos competitivos, pasando por contenidos específicos.

En este mismo sentido, tanto el modelo tradicional, presentado por Matveyev (7), como el modelo de bloques de Issurin (2010) siguen esta misma progresión en la naturaleza de las cargas.

A pesar de la aparente uniformidad en las opiniones sobre este tema, ha surgido en los últimos años una nueva tendencia, la periodización del entrenamiento inversa. Este novedoso modelo es totalmente opuesto a los otros métodos de planificación en cuanto a la distribución de la magnitud de las cargas (1).

Los modelos tradicionales y de bloques presentan un comienzo de la preparación basado en alto volumen y baja intensidad progresando hacia un menor volumen a mayor intensidad. Sin embargo, el entrenamiento inverso comienza con bajos volúmenes a alta intensidad, aumentando el volumen de forma paulatina, hasta llegar el momento del tapering, que se realiza de la manera convencional.

Esta diversidad de enfoques en la periodización del entrenamiento permite a los entrenadores adaptar sus programas según las necesidades y características específicas de los atletas, maximizando así el potencial de rendimiento y minimizando el riesgo de sobreentrenamiento y lesiones.

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